En apenas unas semanas, el mapa de poder dentro de la Secretaría de Educación comenzó a reconfigurarse. Las nuevas designaciones no sólo cambiaron nombres; reactivaron una vieja maquinaria sindical que había sido contenida, pero no desactivada.
La declaración del secretario de Educación, Miguel Ángel Valdez García, hecha el pasado lunes, pretendía ser contundente: “Los cambios no son para complacer al SNTE”.
Pero una cosa es lo que se dice… y otra, muy distinta, lo que se ve.
Y lo que se ve, en este caso, es un acelerado y preocupante proceso de toma de control de la SET por parte de la Sección 30 del SNTE, encabezada por el incombustible Arnulfo Rodríguez Treviño.
Los nombramientos de maestros en posiciones estratégicas dentro de la estructura educativa estatal no están pasando desapercibidos. De hecho, están siendo documentados, celebrados y hasta presumidos… por el propio sindicato.
Valdez insiste en que las designaciones se realizan con base en criterios como la asistencia, la competitividad, la experiencia y la formación académica. Pero cuando las coincidencias son tan sistemáticas, dejan de ser casualidad para volverse patrón.
La evidencia no se oculta. Basta con entrar a las redes sociales de algunos profes que integran el comité seccional del SNTE para encontrar a Treviño Rodríguez en primera fila, aplaudiendo tomas de protesta, compartiendo selfies con los recién nombrados, y celebrando lo que, en los hechos, parece una victoria política de su gremio.
Sería ingenuo negar el peso histórico del SNTE en la estructura educativa nacional y estatal. Pero una cosa es el derecho legítimo a ser escuchado, y otra muy distinta es que la institución pública se convierta en brazo operativo del sindicato.
Lo que durante casi dos años se le negó al SNTE bajo la titularidad de Lucía Aimé Castillo Pastor, ahora fluye con velocidad y sin resistencia con Valdez al frente de la dependencia.
¿Acaso el cambio en la SET fue una concesión negociada? ¿O simplemente se está cumpliendo un acuerdo tácito con el sindicalismo para “pacificar” al gremio, a costa de entregarle el control territorial de la educación?
El problema no es que haya maestros en los cargos. El problema es que, bajo el amparo del SNTE, esos nombramientos podrían estar más comprometidos con lealtades gremiales que con resultados institucionales.
Porque si bien un perfil puede cumplir con ciertos requisitos técnicos, la verdadera prueba está en el ejercicio del cargo: ¿trabajará por los alumnos, por los docentes… o por el sindicato?
El riesgo de este reacomodo es evidente. El SNTE no ha sido precisamente un actor ejemplar en el pasado.
Donde pone un pie, quiere poner después una oficina, y más tarde, el edificio completo.
La voracidad de su dirigencia ha sido documentada en todos los niveles del sistema educativo. No es nuevo que el sindicato busque controlar claves, plazas, movimientos, licencias, e incluso sanciones.
Por eso preocupa que, en apenas unas semanas, el magisterio haya logrado lo que no pudo en años: sentarse cómodamente en la silla del poder educativo estatal.
Ojalá que este nuevo romance entre SET y SNTE no derive en los viejos vicios de siempre: corrupción, opacidad, clientelismo, y simulación.
Se vale tener buena relación. Lo que no se vale es entregar la dependencia. Porque cuando el SNTE toma confianza… acaba tomando todo.
EL RESTO.
CARMEN LILIA REAFIRMA COMPROMISO CON LOS PROFES.
El respaldo que el gobierno de Carmen Lilia Canturosas ha brindado al magisterio de Nuevo Laredo no es sólo un gesto político; es una declaración de principios. En tiempos donde muchos municipios reducen inversión educativa, aquí se fortalece, se prioriza y se reconoce a quienes construyen el futuro desde el aula.
Pocas políticas públicas logran, como ésta, conjugar el sentido social con la eficacia. El bono a más de cuatro mil docentes no es una dádiva: es una inversión con retorno garantizado, porque cada maestro valorado rinde más, enseña mejor y educa con orgullo.
Lo que nació como respuesta solidaria durante la pandemia, hoy es un referente estatal. Carmen Lilia ha entendido que la transformación no se decreta desde el escritorio: se teje en comunidad, de la mano de quienes forman a las próximas generaciones.
ASI ANDAN LAS COSAS.
roger_rogelio@hotmail.com
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