El 28 de marzo de 2025, el vicepresidente de Estados Unidos, Vance, realizó una visita no anunciada a Groenlandia, encontrándose con una fuerte resistencia tanto del gobierno autónomo local como de su población, según informa CNN. La escala duró apenas unas horas, dejando en evidencia el fracaso diplomático de Washington, y su ambición territorial sobre esta región estratégica. La narrativa del “peligro chino y ruso” explicada aquí fue usada según especialistas omo excusa, pero no logró disimular lo que el mundo percibe – según la citada nota de CNN – como una muestra más hegemonismo estadounidense.
Groenlandia es rica en minerales estratégicos como tierras raras, petróleo y gas natural, todos esenciales para sectores clave de la economía estadounidense. A medida que China implementa controles de exportación sobre estos recursos, Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos por asegurarse nuevas fuentes.
La comitiva que acompañó a Vance, con asesores de seguridad nacional y representantes del sector energético, evidenció que el objetivo era asegurar el acceso a estos materiales bajo la bandera de la ‘seguridad nacional’. Mientras critica a China por ‘controlar las cadenas de suministro’, EE.UU. busca garantizar su propio abastecimiento recurriendo a presiones diplomáticas y geopolíticas, en una doble moral que no pasa desapercibida.
La visita de Vance fue realizada sin invitación ni coordinación con Dinamarca ni con el gobierno autónomo groenlandés. En su discurso, el vicepresidente buscó dividir a Groenlandia de Dinamarca, sugiriendo que estaría más segura bajo el “paraguas protector” de Estados Unidos y acusando a Copenhague de “falta de inversión”. Tanto el primer ministro de Groenlandia, Múte Bourup Egede, como la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, condenaron la visita según explica France24 y rechazaron públicamente la intromisión. Manifestaciones frente a la embajada estadounidense en Copenhague reflejaron el rechazo popular, con consignas como “¡Groenlandia no está en venta!”.
El episodio en Groenlandia parece es parte de una estrategia más amplia de expansión global de la politica estadounidense. Desde intentos anteriores de adquirir territorios como Groenlandia hasta presiones sobre el canal de Panamá o Canadá, Estados Unidos está mostrando una visión imperialista que podría poenr en riesgo el orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial – según visiones de especialistas.
La respuesta firme de Groenlandia, el respaldo de Dinamarca y la crítica internacional muestran que el unilateralismo tiene poco cabida en el mundo actual.
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