TODOS hemos recibido esas llamadas telefónicas del banco donde se nos ofrece casi casi la virginidad de una hermosa princesa.
Todo es un montaje perfectamente entrenado, con un guion estudiado a manera de diagrama de flujo.
Si no estás familiarizado con el término, estás a punto de aprender algo, gracias-de nada.
Un FLUJOGRAMA es un mapa con posibilidades adelantadas. Es decir, si en la primer pregunta te contestan “esto” pues les dices “esto otro”; pero si te contestan “lo otro” pues les contestas “aquello”.
Y así sucesivamente, creando diferentes escenarios.
Nunca dejan de hablar, el chiste es no darle tiempo de pensar al cliente e irle encaminando hacia donde se quiere, que más que regalarle “el tesorito” de una adolescente, es una empinada de varios años.
No los pienso aburrir con lo que me están ofreciendo esta ocasión, más bien quiero platicarles mi deducción.
Seguramente los del call center han de sentir lo mismo que los testigos de Jehová cuando bombardean con llamadas y nosotros al medio identificar el número y los mandamos al limbo.
Pues han optado por otros medios de comunicación, y se los APLAUDO.
Recibí ya en dos ocasiones mensajes de WhatsApp de mi banco ofreciéndome las pantis de una joven.
No te sientes tan agobiado como cuando te están hable y hable y hable sin poderlos interrumpir, hasta me tomé el tiempo de leer la “descripción de la rubia virginal” que me ofrecen.
Ya con toda calma y amabilidad, tuve oportunidad de agradecer el gesto y educadamente mandarlos a la porra.
Cosa distinta cuando te están hablando como merolicos y no puedes expresar sonido: eh.. buen… si pero… dame chanc…. VETE AL CARAJO, tuu tuu tuu. Y bloqueas el número.
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ernestoarnaiz@hotmail.com
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