El “promotor del deporte” se le decía en el sexenio pasado, cuando su hijo era quien mandataba en Tamaulipas.
EGIDIO TORRE LOPEZ, era entonces un hombre con poder, mucho más que el del gobernador en turno; a él acudían para pedirle apoyo de todos los estratos sociales, muchas jovencitas se daban citadas en su consultorio de las calles 16 Allende y eran de las que obtenían el favor de forma inmediata.
Esto último despertó una serie de suspicacias, se especuló de que el papá del gobernador abusaba de su poder y de los excesos cometidos en su oficina fueron mudos testigos varios elementos de seguridad y empleados.
Ostentándose como el mandamás de Tamaulipas muchas veces el “Papá del gobernador” mandó cerrar restaurantes, los encargados de su seguridad bloqueaban el acceso de comensales, durante los años de administración las calles adyacentes a su domicilio fueron una sucursal de Casa de Gobierno con decenas de guardias y unidades blindadas.
Y así como “el abuelo” disfrutaba del poder el resto de la parentela real también se excedió, el pueblo de Victoria esperaba la culminación del gobierno priista y con ello el fin a los excesos.
Este fin de semana se avistó al Papá de, EGIDIO TORRE CANTU, lo custodiaban dos elementos de seguridad, uno empujando la silla de ruedas y el segundo esperando su turno para relevarlo.
Ya no se avistó la camioneta Tahoe de color blanca y blindada que lo transportaba a todos lados, tampoco las unidades de la Policía Estatal Preventiva que lo seguían a donde se movía, tampoco quien lo buscara para saludarlo.
UNA TRAS…Autoritario, imprudente y ridículo; así dibujan connotados militantes del Partido Acción Nacional a quien ahora despacha como Presidente Municipal en Victoria.
Sus broncas con representantes de medios de comunicación y la denuncia hecha por sus voceros a los editores, acusándolos de boicotear la sesión “pública” pasada ya genera un mal sabor de boca.
Representantes del empresariado local han sentido en rigor de la prepotencia de quien prometió ser un servidor público “de pueblo”.
Y mientras la ciudad se convulsiona en la inseguridad y la anarquía que ya provoca la falta de obra y la desatención a servicios públicos, así como una presunta “austeridad” derivada de malos manejos que solo existen en la imaginación del edil, el baile de “El chuntaro” es el pasatiempo del jinete.
No importa que en su contoneo haga apología al uso de cualquier tipo de droga.
El mal que decía tener en sus rodillas y le obligó a no dejar su caballo en campaña no le impidió ejecutar grotescos movimientos.
Todo lo anterior ya tiene preocupados a los panistas, advierten que la simpleza del alcalde les podría generar serios problemas en la elección del 2019 y piden que el alto mando partidista lo llame a cuentas, antes que inicie su gestión el Gobierno Federal.
Estos lunes empleados sindicales se inconformaron por que el edil ordenó descontar el cobro de 650 pesos que tiene como costo el libro “Dulcemente saludable” aplicable en dos quincenas.
A diferencia de la capital de Tamaulipas, en el resto de los 44 municipios los alcaldes llevan a cabo su tarea y cumplen con quienes les dieron la confianza mediante el voto, aquí en Victoria ya se olvidaron hasta de lo que prometieron, se vive un gobierno de ocurrencias, abuso del poder y descarado nepotismo traducido en negocios de familia.
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