Ayer estuvo en Tamaulipas el candidato del PRI a la Presidencia de México JOSÉ ANTONIO MEADE KURIBREÑA como parte de su agenda, cuando falta un mes para la celebración de las elecciones concurrentes del próximo 1 de julio.
Y su arribo al estado tuvo lugar en medio de un gran luto social, por el asesinato de HÉCTOR GONZÁLEZ ANTONIO, reconocido periodista nacional, corresponsal de Excélsior y colaborador de medios regionales impresos y electrónicos, quien terminó convertido en una víctima más de la atroz inseguridad que desgarra día con día, el espíritu de los tamaulipecos.
Este hecho se cometió en circunstancias que la Procuraduría General de Justicia en Tamaulipas a cargo de IRIVING BARRIOS MÓJICA, todavía no alcanza a esclarecer, mientras que esa misma dependencia ha dejado correr la versión, que el móvil podría estar relacionado con un asalto.
Lamentablemente el prestigio de la Procuraduría Estatal no se encuentra en los mejores términos ni en sus mejores momentos, de tal suerte que ante ojo avizor de los comunicadores del estado y medios nacionales e internacionales, el esclarecimiento de este crimen, deberá conjugar todos los factores de credibilidad que se pueden dar como buenos, en asuntos de esta naturaleza.
El propio Gobernador FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA emitió un twitter lamentando estos hechos y asegurando que no quedarán impunes, pero … ¿esta promesa se puede tomar como algo serio?.
Porque en Tamaulipas todos los días hay muertos por docenas y no llega al 20 por ciento el número de casos que son esclarecidos y sobre todo con resultados creíbles para las familias afectadas y la sociedad en general.
Culpar de esta muerte al Gobernador del Estado sería cargarle una culpa, que en sus momentos compartieron los ex mandatarios estatales EUGENIO JAVIER HERNÁNDEZ FLORES y EGIDIO TORRE CANTÚ cuyos periodos fueron etiquetados entre los más sangrientos en la historia de Tamaulipas.
Obviamente que un Gobernador no puede anticiparse a que maten a una persona y además el estado tampoco tiene tantos elementos policiacos como para poner un guardia a cada ciudadano… eso se entiende, aunque a veces nos gana el coraje, sobre todo cuando se siente en carne propia o en el círculo de afecto más cercano, cualquier lamentable hecho derivado de la violencia.
Pero lo que sí es una responsabilidad insoslayable del estado, es que se investiguen los hechos a plenitud, que se utilicen equipos de punta y personal especializado, para esclarecer los crímenes y que las familias vulneradas por los homicidios que a cada rato suceden, cuando menos tengan el consuelo de saber cómo fueron las cosas, conocer la identidad de los responsables… y por supuesto que estos sean perseguidos y encarcelados para que paguen por sus culpas.
Esto es lo menos que puede aportar un gobierno como parte de su responsabilidad institucional… pero resulta que no es así; en Tamaulipas los ciudadanos caen como moscas y las mismas autoridades dan como un hecho que los asesinatos que comete el crimen organizado, no tiene caso investigarlos, porque no van a detener a nadie… y se ponen en riesgo los propios funcionarios y policías.
Esa es la amarga realidad que vive Tamaulipas, la que todos conocemos y que miles de familias han vivido en carne propia, mientras que los funcionarios y representantes populares, con un desparpajo digno de mejor causa, se la pasan vociferando que los índices delictivos del estado han disminuido hasta quedar casi anulados.
Hace poco más de un año, en San Fernando fue asesinada a balazos cuando llegaba a su domicilio la activista MÍRIAM RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, hechos que le dieron la vuelta al mundo y provocaron una reacción en cadena de autoridades estatales y nacionales, bajo las presiones que vinieron desde Nueva York, sede de la Organización de las Naciones Unidas –ONU- para dar con los autores intelectuales, materiales y meterlos en prisión.
Derivado de este sonado crimen, hubo varios detenidos, pero… personas cercanas a la activista asesinada, son los primeros en manifestar su inconformidad en contra de las investigaciones y los resultados, debido a esa falta de credibilidad en las autoridades que le comento.
Percepción que nace de hechos donde queda claro que la voluntad institucional también es muy relativa; le pongo un ejemplo, meses atrás un empresario fue plagiado en Reynosa y a las pocas horas fue liberado, sin un solo disparo de por medio… y sin un solo peso de rescate.
El tema es que se trataba del padre de un diputado federal que goza de amplio respaldo de la actual administración estatal: ¿cómo le hicieron las autoridades para saber quién tenía al empresario y como lograron que lo regresaran con su familia sin gastar un centavo?… solo ellos lo saben, pero muchos se imaginan como.
Es decir que cuando el gobierno quiere, nada escapa al poder del sistema, pero el asunto es que no hay siempre esa voluntad, porque de cien secuestros apenas se rescata a un cinco por ciento de los plagiados y en ese mismo porcentaje se evade el pago de las cantidades requeridas, mientras que en un nivel todavía menor, los responsables son detenidos.
En el caso del periodista inmolado en Cd. Victoria y que ha despertado la más absoluta condena de la sociedad, que junto a las protestas de los informadores del estado reclaman menos discursos y más resultados, vamos a ver cómo reacciona el gobierno.
La especialidad de la casa podría ser un “asesino de paja” o un simple chivo expiatorio que sirva para sacarle presión al condenable crimen, pero de momento, la primera línea de investigación se concentra sobre el trabajo profesional de HÉCTOR GONZALEZ ANTONIO; esperamos que en base a los resultados periciales y los trabajos de investigación surjan elementos que conduzcan a resultados eficientes, que dejen al menos un buen sabor de boca, al comprobar que las instituciones hicieron bien su trabajo.
Y en un particular punto de vista le quiero señalar antes de terminar con estos comentarios, que el Gobernador CABEZA DE VACA no tiene la culpa de la muerte de nadie, porque es imposible que se anticipe a lo que puede pasar … pero lo que si tiene, es la obligación de garantizar que se realice una buena investigación sobre el crimen del corresponsal de Excélsior, que los homicidas sean identificados y hacer que paguen por este… y todos los demás casos que han ocurrido durante su mandato en todo el estado y que han dejado a cientos o miles de familias, sufriendo por la impotencia, el coraje y el miedo que se respira en las ciudades y carreteras del estado donde radicamos.
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