La participación los ciudadanos tamaulipecos fue ejemplar en las elecciones de gobernador, presidentes municipales y legisladores locales. Según los organismos electorales que tuvieron funciones de árbitros durante el proceso electoral que todavía no concluye, sino hasta que se agote el último recurso de los más de 5 mil contendientes a un cargo de elección popular. El cómputo final de la elección está previsto para el 11 de junio, pero el litigio electoral podría irse hasta el límite del reloj electoral que es el 31 de septiembre.
De acuerdo a resultados del Instituto Estatal Electoral, fundados en la medición de la participación el día de la elección, asistió el 56.8 por ciento de la lista nominal. Cifra relevante para los órganos electorales, porque en la última elección del 2010 asistieron a las urnas el 44.4 por ciento. La cual estuvo rebasada.
Sin embargo, habrá que esperar el conteo del último voto para identificar los elementos que estuvieron presentes durante el proceso electoral y durante la jornada del día de la elección. Aunque las maniobras de ese día de los partidos y candidatos parecieran no ser definitorias, en los resultados que presentan los órganos electorales.
Habrá que observar cuales son los elementos que estuvieron presentes en esta elección y que se convirtieron en las principales motivaciones o estimulantes para que fluyera la participación copiosa de los ciudadanos en las urnas.
Por ese motivo, más allá de que los resultados de la elección favorezcan al Partido Acción Nacional y que fueron importantes el 5 de junio, habría que valorar la participación de candidatos independientes, que por cierto, tres de estos resultaron electos, alguno de ellos en regiones donde había férreos cacicazgos, lo cual es representativo y sintomático, de que los ciudadanos se sienten con madurez para decidir el rumbo de su entorno.
En otras regiones donde no ganaron los independientes, el porcentaje de sufragios obtenidos en las urnas también es relevante. Habrá que esperar el computo final para tener herramientas precisas, que nos permitan tener una numeraria con nombres y apellidos de los municipios y distritos.
Pero lo que han dejado en claro los ciudadanos en las urnas y que no deja de sorprender a propios y extraños, es la capacidad de decisión, porque sin aspavientos, en un solo día fueron capaces de cambiar el rumbo de esta entidad.
Calificar si la decisión de los votantes fue buena o mala, es prematuro entrar en moralismos rancios. Porque será indicativo de que un juicio de esa naturaleza resultaría erróneo por ser apriori, tendríamos que definir, que es lo éticamente bueno para uno y moralmente malo para otro.
Los cierto es que los ciudadanos dieron muestras el 5 de junio de su capacidad de rebasar los límites del bien y de mal. Es decir, tuvieron la capacidad de romper con el mito del “miedo prieto”. Con el que convivieron durante décadas.
En otro orden, la universidad tamaulipeca ha dado muestras de ser una institución que trabaja y firma convenios con quienes representan un valor curricular para los estudiantes y alumnos de esa institución educativa o bien, que le permite al cuerpo de investigadores y maestros fortalecer sus contenidos y trascender en las sociedad del conocimiento hacia nuevos estadios del desarrollo regional y nacional, en sectores relacionados con la productividad.
La rectoría del contador Enrique Etienne se ha caracterizado por mostrar firmeza en decidir un rumbo eminentemente académico para las 26 escuelas que tiene la universidad, en las principales ciudades tamaulipecas. Y ha obtenido acuerdos relevantes con universidades nacionales y extranjeras, que además de proyección para esta casa de
estudios, las nuevas generaciones de maestros y estudiantes han encontrado nuevos espacios del saber, que conllevan a estrenar escenarios laborales.
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