En los últimos 15 años el índice de obesidad en Tamaulipas se ha incrementado hasta en un seis por ciento ubicando a ésta entidade ntre las nueve con mayor tasa de gordos en el país.
Según un reporte de la OCDE, el 37.1 por ciento de los tamaulipecos, que significa algo así como un millón cien mil personas, padece de sobrepeso y por ende, un número importante con enfermedades cardiovasculares como hipertensión, diabetes, entre otras.
Pese a las campañas que se han realizado desde el año dos mil cuatro a la fecha a través de tres diferentes administraciones gubernamentales, los porcentajes han ido en aumento.
Han sido seis diferentes titulares del rubro de salud en éstos 15 años y al parecer, no se ha podido bajar de peso a la población, porque los porcentajes de gordos siguen en aumento.
Y es que hace 15 años, éste estado registraba que el 30.7 de la ciudadanía era obesa, mientras que para el 2007 la cifra se incrementó a 36.1 y para el 2017 fue de 37.1.
No faltará el oficioso que diga que el reporte de la OCDE está fuera de la realidad. O aquél que asegure que en tantos años Tamaulipas pasó de ser el tercero al noveno, pero aquí lo que importa no es si eres el primero o el trigésimo segundo, sino el porcentaje de población que padece o padecemos sobrepeso.
Desde luego que no todo es culpa de las autoridades. Ellos hacen un esfuerzo por señalarnos lo que nos hace daño; la obesidad es responsabilidad de nosotros.
Es algo genético. No podemos dejar de comer harinas “porque un norteño sin tortillas de harina y gordas, no es norteño”, dicen. No dejamos de tomarnos nuestra cocota “para la calor (sic)”. No dejamos de comprar a medio día las frituras y comer pan en la noche.
En algunas escuelas prohibieron vender comida chatarra, pero los padres de familia se indignaron y ellos mismos les mandan a los chamacos de lonche sus flautas y sus gorditas. Así ¿pues cómo?
Ante eso, las autoridades lo único que les queda es tratar de cambiar esa cultura con base en otro tipo de campañas, más agresivas porque ya vimos que con las tibias que hicieron de 15 años a la fecha, no sirvieron de nada.
A ver, gente, es tiempo de hacer conciencia y ponerse a hacer algo.
EN CORTO
UNO.- Buena respuesta del gobierno de transición de López Obrador al escuchar la queja de los diferentes sectores y meter a Tamaulipas en los foros de consulta para la pacificación. Habla que por lo menos saben escuchar.
DOS.- Sin embargo, queda la lectura de que Tamaulipas no está en la visión del próximo Presidente de México ni de sus colaboradores. De que Tamaulipas seguirá siendo el “patito feo” del gobierno federal. De que Tamaulipas les importa un cacahuate.
TRES.- Ya son muchos años y muchas administraciones en las que esta entidad no es tomada en cuenta y sólo mandan las migajas y al parecer, seguirá siéndolo por seis años más.
PREGUNTAS
¿Y por qué les dan miedo los operativos de tránsito? ¿No será mejor cumplir con el reglamento y así evitamos las “mordidas” y los “abusos”?
DIMES Y DIRETES
“Olvido no, perdón sí”: López Obrador. Es decir, los perdono, pero les guardo rencor, o sea, es un perdón de dientes para afuera.
EN CINCO PALABRAS: Sólo les importa su imagen.
PUNTO FINAL.- “No es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia”: Robert Baden-Powell.
Twitter: @Mauri_Zapata
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