¿Se ha imaginado cómo amanecerá México el lunes dos de julio, es decir, al otro día de las elecciones?
Independientemente del resultado, hay un pronóstico nada halagador.
Vayamos de uno por uno.
Si gana López Obrador, como así podría suceder, habría una fuga de capitales, que propiciarían, primero, una caída en la Bolsa Mexicana de Valores y después el cierre de empresas que generarían desempleo.
En lo social, al menos un día después de la jornada, no habría tantos problemas, pero sí el inicio de una nueva era en el país. Una nueva era, que al momento nos refleja incertidumbre sobre lo que vendrá para el futuro de México.
Aquí la bronca no sería social, pero sí política y económica.
El problema social, será si el tabasqueño pierde.
Y ya lo ha adelantado, tanto él como sus cercanos, y bajita la mano, amagan con que habrá problemas y hasta alguna revuelta que, a mediano plazo también atraería broncas políticas y económicas.
AMLO ha manejado ganará; de que él ya es el triunfador de la contienda. Así lo ha concebido mucha gente que se ha dejado manipular. Las encuestas, hasta cierto punto le han dado la razón, sin embargo, López Obrador ya teje la idea de que la única manera de que pierda, es a través de un fraude electoral.
Así lo ha manifestado; así se lo ha creído mucha gente y, conociendo a López, que siempre que pierde alega fraude, así lo habrán de manejar y así lo están concibiendo mucchas personas.
“Si pierdo, me voy a ‘La Chingada’ (su rancho), pero a ver quién amarra al tigre”, dijo AMLO a los banqueros en su reciente convención.
“Si no gana López Obrador habrá chingadazos”, puso en un tuit John M Ackerman, uno de los principales activistas del tabasqueño avalando y hasta aplaudiendo lo que supuestamente dijo un indígena de Oaxaca.
Aguas. Ya están promoviendo la violencia.
Si gana Anaya, el lunes dos de julio estará incendiado el país, bajo el argumento de que el Frente era el Plan B de “la mafia del poder” para que siga gobernando “el PRIAN”.
Imagínense lo que podría suceder si el que triunfe sea José Meade. Porque no sólo se tendrían que enfrentar a la furia derrotada y frustrada de Andrés Manuel y los suyos, sino también al enojo de Anaya que ya demostró que no le gusta perder y que si no gana, arrebata.
Nadie se puede confiar en las encuestas. Habría que recordar hace dos años cuando el candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas iba arriba hasta dos cifras sobre el segundo lugar y al final, no sólo lo alcanzaron, sino que remontaron y perdió el tricolor.
Parece que AMLO se siente ganador, quizás él no se confíe mucho, sin embargo, todo puede suceder y en tres meses y medio pueden pasar muchas, pero muchas cosas.
No obstante, el manipuleo es fuerte y mucha gente cree que si López pierde es porque hubo fraude.
La verdad es que el panorama resulta poco optimista, y por eso da miedo pensar en el lunes dos de julio.
Creo que la gente del gobierno debe ir pensando en ese día y trabajar acciones de inteligencia (si es que la hay) para prevenir un panorama de ese tipo; un panorama que en nada le conviene al país y que propiciaría una caída social importante.
Aguas; debe ser algo en lo que ya deben tener un panorama preciso y evitar problemas de consecuencias que no pocos estarían lamentandose.
En Cinco Palabras: Ojalá estén trabajando en eso.
PUNTO FINAL.- Y a todo esto, ¿los partidos políticos siguen teniendo ideología?
Twitter: @Mauri_Zapata
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