El tema de las armas en Estados Unidos se empieza a polemizar en varios círculos, aunque el magnate neoyorquino, ahora primera autoridad de aquél país, incline la balanza a favor de que los ciudadanos sigan comprando armas de todos los calibres como si compraran refrescos en la tienda de la esquina o el supermercado.
Hasta el momento parece no son suficientes las experiencias que los norteamericanos han vivido con las muertes múltiples ocasionadas por gente ¿desequilibrada mental? que ha tomado como ‘blancos’ móviles a personas que lo mismo han sido sorprendidas en un concierto musical, en la iglesia, la escuela, el supermercado o la vía pública.
Solo la más reciente de estas experiencias, sucedida cerca de San Antonio Texas, dejó más de 27 muertes e igual número de heridos, con el grave trauma de los sobrevivientes de ver como inocentes niños eran rematados por el exmiembro de la fuerza aérea de aquél país.
Las declaraciones de Donald Trump, presidente de aquél país, son en el sentido de favorecer la venta de armas a los estadounidenses. Incluso señala que el asesino de la iglesia en San Antonio, fue abatido gracias al rifle que otro ciudadano tenía en su poder y con él pudo herirlo en su huida.
Hace unos días periódicos de aquel país escribieron sobre la declaratoria de culpabilidad de un hombre de Tennessee, por un cargo federal, luego que un menor de dos años mató de un disparo a su prima de siete, con la pistola del adulto.
La investigación policial dice que la menor, Harmony Warfield, resultó muerta de un tiro al interior de un apartamento en Nashville, donde otros tres niños, de 14, 11 y dos años de edad, estaban presentes.
Las autoridades aseguran que el niño de 14 años, reportó que el menor de dos años tenía la pistola en la mano antes que la niña de siete resultara baleada en la cabeza.
El fiscal admitió la declaración de Anthony Patrick Sanders, de 27 años, cuando aceptó ser un delincuente convicto que estaba en posesión de un arma de fuego, misma que dejó cargada en un sitio accesible a los niños.
También Anthony Patrick aceptó que tras el incidente, tomó la pistola y huyó del área, por lo que de acuerdo a la fiscalía, el exconvicto Sanders podría cumplir hasta 10 años en prisión.
Todo ello ha sucedido en Gringolandia. Sin embargo en nuestro país, por fortuna los asesinatos masivos no han sucedido como allá; quizá por la dificultad que pudiera haber en la compra de armas de fuego con la misma facilidad de los vecinos del norte.
En México se han dado casos de niños baleados incidentalmente en el hogar, en la calle y en las escuelas. Pocos han sido los casos en los que una persona -aún menor de edad- haya baleado a compañeros o amigos.
Sin embargo, los gringos nos llevan la delantera y por mucho en este tema.
Lo riesgoso, el peligro mayor es que de nada sirven las fronteras y su vigilancia cuando de pasar armas -de todos los calibres- se trata. Porque hasta el momento no ha habido qué detenga o limite la importación de armas de fuego.
Muchas voces se han elevado para denunciar el número de armas tan grande y la peligrosidad de su uso que no solo que llegan al país, sino que se internan en el territorio nacional a los puntos cardinales y colaterales que me diga.
Usted y yo podremos suponer que inicialmente son las aduanas las que son sorprendidas en este contrabando, pero lamentablemente los armamentos decomisados por el Ejército Mexicano, la Marina Armada de México y alguna Policía Estatal, señalan que esas armas provienen de los vecinos norteños, pero también de Alemania, Checoslovaquia, Italia, China y hasta rusas.
Las interrogantes que no solo la clase política, sino de la misma población, hacen es sobre la conveniencia de legislar a favor de su adquisición libre, porque hasta la fecha no ha resultado satisfactorio aquel permiso para la posesión o portación de armas en México, puesto que es muy limitativa, aseguran algunas voces.
Falta una opinión, la suya…
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