San Fernando, Tamps.- Conocidas empresas nacionales e internacionales que operan mediante sucursales en la ciudad, podrían estar abusando de la necesidad de los sanfernandenses por conseguir una fuente de empleo que les permita un ingreso diario para el sostenimiento de sus hogares, ya que existen quejas sobre explotaciones de horario laboral y pagos de salarios ínfimos.
Residentes locales que laboran al servicio de este tipo de cadenas comerciales, han pedido omitir nombres temor a ser despedidos, sin embargo lanzan un llamado a la Secretaría del Trabajo y Prevención Social, y demás autoridades competentes, para que realicen una revisión al respecto.
Informantes señalan que en muchos lugares se viola lo establecido el artículo 123 de la Constitución, que señala como jornada máxima 8 horas de trabajo, ya que muchos de ellos son obligados a realizar dobles turnos por el mismo salario, es decir, entran al amanecer y salen casi de madrugada.
El inciso número X1 de este mismo artículo señala que: Cuando, por circunstancias extraordinarias, deban aumentarse las horas de jornada, se abonará como salario por el tiempo excedente un ciento por ciento más de lo fijado para las horas normales. en ningún caso el trabajo extraordinario podrá exceder de tres horas diarias, ni de tres veces consecutivas, los menores de dieciséis años no serán admitidos en esta clase de trabajos.
Mismos explotados por empresas, exponen que basta con un “barrido” general por la ciudad, específicamente en empresas foráneas para comprobar esta situación, además que la mayor parte de los trabajadores se ven obligados a soportar actitudes prepotentes por parte de superiores que ni siquiera viven en San Fernando, pero que sacan de aquí jugosas ganancias.
HOSTIGAMIENTO SEXUAL, OTRA FORMA DE ABUSO
Otras de las formas de abuso laboral frecuente se encuentran en el acoso que sufren empleadas de diversos establecimientos de parte de sus jefes inmediatos, dueños de los negocios o hasta compañeros de trabajo, con la promesa o amenaza de hacer más fácil o difícil el desempeño de las obligaciones, o inclusive el despido.
Pese a que existe legislación al respecto este tipo de irregularidades no han terminado por desaparecer, teniendo como victimas constantes a empleadas jóvenes, madres solteras, viudas o divorciadas, que sufren presiones sistémicas para conceder cierta clase de “favores”, a cambio de conservar el empleo, inclusive para ascender de puesto.
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